martes, 8 de mayo de 2007

El malo

Fíjate que fácil, solo le digo un par de palabras dulces, unos cuantos adjetivos románticos, y la tengo comiendo de mi mano. Ansiosa por buscarme de nuevo, por verme, hablarme. No tengo que hacer mucho, es más yo no he hecho casi nada, es ella quien busco todo. Unos besos robados, dos o tres citas al mes, cinito para que no diga, y listo. Ella me complace en todo. Ahora solo tengo que esperar y si quiero la atiendo si no, no. ¿Que cómo la mantengo oculta? ¡Sencillo!, a mis amigos los he citado en otra casa, he cambiado mi dirección, así aquí solo entra ella, yo conservo todo igual, cada cosa en su lugar para que ella no sospeche. Tampoco encuentra nada nuevo, nada que la ligue con mi mundo exterior. La tengo al límite, perfectamente ubicada en un espacio al cual solo vengo si me da la gana. ¿Que ella se entere?, da lo mismo, no puede vivir sin mí.

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