lunes, 2 de abril de 2007

La alegría del día, mi niño pequeño ya sabe amarrarse las agujetas.
-¡Mira mami, ya pude!- me grita desde su recámara. Y pienso en los tiempos y procesos vividos con cada uno de mis hijos. La tonta desesperación con el primero, -¿cuándo dejara de mojar la cama?, la interrogante con el segundo, -¿será que algún día hable bien?, y así llego hasta el tercero y su impetuosa personalidad.
Todo llega, "no hay plazo que no se cumpla" dice mi suegra, y dice bien. Poco a poco , a su ritmo, van madurando uno a uno. Dejándome asombrada cada día con todo lo que aprenden, y todo lo que crean. Son talentosos por derecho, y temerarios por herencia. Cada uno con su signo muy particular, hermosos.
Veo a mi pequeño sonreír mostrándome sus tenis, y se me llenan los ojos de lágrimas. -¡felicidades mi amor!-le digo. -¿que pasa, porque lloras? .pregunta.
-Es que ahora si, ya no tengo bebes-
-Mami- me dice- Yo siempre seré tu "chango chico".

No hay comentarios: