viernes, 30 de marzo de 2007

Mi amor en nuesta amistad

Inefable.
Así amaneció. Abrió los ojos al nuevo día y las pupilas le dolieron como si alfileres le perforaran los ojos. -Cierra la cortina por favor- dijo. Se giró sobre si misma y acomodó su vientre sobre una almohada. Intentó mirar de nuevo, poco a poco, asustada.
Esa mañana como muchas otras de su embarazo, sintió nauseas, pero comenzó la relajación y bebió agua mineral.
Afuera el terreno colindaba con los sembradios. -malditas cebollas- pensó. Se incorporó lentamente y alcanzó su bata.
Abajo la casa no se detenía, ruido en la cocina, el extractor de jugos y el microondas, Chayito hacía el desayuno para el niño.
Cuando su marido salió del baño le regaló una sonrisa. -good morning, ¿cómo amanecieron?...-
Ella solo devolvió la sonrisa, a esas horas no recordaba como articular palabra. Esperó a quedarse sola en la habitación, se lavó la cara, y buscó entre sus cosas.
Con cuidado subió en el taburete, se alzo de puntas, alcanzó la caja. Buscó dentro y al poco encontró el cuaderno. Primero lo sacudió un poco, lo acarició. Luego lentamente pasó las hojas una a una, sintiendo en cada hojeada un brinco del corazón.
Se detuvo en una página. El papel azul con la imagen de un chelo seguía pegado con una cinta amarillenta.
Leyó conteniendo una lágrima:
"Tu recuerdo en las cuatro cuerdas, en mi, en ago, sep, oct, nov.
En Tu corazón habré sentido, lo que ahora sueño despierto.
De tu encantó silencioso aprendí. Vivo tu música en mi profundidad marina,
en mis versos azulosos, formo las ondas marinas,
que se dibujan por siempre en tu sonrisa.
Te doy todo lo que tengo, mi amor, en nuestra amistad intacta, por siempre."
Cerró los ojos de nuevo, dejó el cuaderno abierto sobre la cama. Ahí se leía la fecha,
Noviembre 1989.

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